SALVE A NUESTRA SEÑORA EN LA RESIGNACIÓN

I
Salve Pura e Inmaculada;
Reina y Madre de Consuelo,
Candor brillante en el Cielo,
Eres nuestra esperanza dada,
Guía en nuestros senderos
Y fragancia perfumada.

Bella estrella de San Pedro,
Entre rezos y oraciones,
Sienten nuestros corazones
Que al mirarte, a ti primero
Encontramos mil perdones
Y un dulce amor verdadero.

II
Salve, flor del  Viernes Santo;
No nos dejes sin tu mirar,
Con tus ojos,sólo el brillar
Sería un maternal manto
Donde podernos refugiar
De este destierro de espanto.

Virgen del silencio y el dolor;
Clemente, dulce y piadosa,
En el cielo eres gloriosa;
Muéstranos el rostro del Señor;
¡Oh! Luz de pureza hermosa,
Señora de Resignación.

ESTRIBILLO
Bajo la noche del alma
Sólo un sentimiento
Y un rezo se hace plegaria
Y a Jesús del Descendimiento
Su Madre le mira a la cara
Resignación, Reina del Cielo.

 

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